Sant Miquel
Sant Miquel es una iglesia documentada desde el siglo X, bajo la advocación de san Pedro, situada en el conjunto catedralicio. El cambio de nombre de la iglesia se produjo a partir del año 1364, cuando se trasladó la parroquia de Sant Miquel a Sant Pere. En un primer momento, el templo tuvo la doble advocación, pero con el paso de los siglos pasó a ser conocida solo por la dedicación arcangélica, es decir, Sant Miquel.
Originalmente, en el siglo XI, la iglesia tenía tres altares dedicados a tres apóstoles: san Pablo, san Pedro y san Andrés, y la puerta de acceso estaba en la fachada norte, la que actualmente comunica con el claustro.